martes, 20 de octubre de 2009

Si bebes no conduzcas... ni vayas a misa

El año pasado ya os comentamos que aquí los horarios comerciales son un poco más "amplios" que por allá. En mi opinión, no tiene mucho sentido que los Walmart estén abiertos a las tres de la mañana un martes. Por otra parte, reconozco que es cómodo tener el súper abierto los domingos. Eso sí, siempre que esa compra dominical (matutina) no incluya ningún tipo de alcohol. Supongo que será por motivos religiosos, pero lo cierto es que la sección de licorería suele cerrar más o menos de ocho a doce del mediodía y siempre que me acercaba un domingo a comprar algo que se nos hubiera olvidado y veía la cadenita con el cartelito de cerrado pensaba "jo, pude haber traído la cámara y hacerle una foto de estranjis".



Pues, como podéis comprobar, asunto resuelto. Ya sé que la calidad de la foto no es buena, pero tendríais que verme, cámara en el bolsillo, dando vueltas al pasillo haciendo que buscaba refrescos (aquí les llaman soda tanto en inglés como en español) y esperando a que la reponedora se marchara y no me pillara en flagrante delito de espionaje industrial.

Y por si alguno se pregunta qué fui a comprar un domingo... pues eran donuts y eran las ocho de la mañana.

sábado, 17 de octubre de 2009

De boda

Este año, al ser el segundo, se nota que ya estamos más integrados en la sociedad local. El sábado pasado tuvimos nuestra primera boda americana. Se casaban dos compañeros de mi cole, ella americana y él de origen guatemalteco. Podemos decir que ha sido la boda más original a la que hemos asistido en nuestra vida, pues tuvo lugar en un barco por el río Rock (vamos que esta vez vadeamos el río de verdad).



El entorno era idílico, sobre todo ahora en otoño, que están todos los árboles impresionantemente bonitos. La ceremonia tuvo lugar en la cubierta del barco y suponemos que por el rito luterano, aunque debemos confesar que no lo tenemos muy claro. Como era una boda ¨bilingüe¨ los amigos por ambos lados leyeron pasajes de la Biblia en las dos lenguas, y les quedó muy chulo. Lo único que deslució un poco el evento es que hacía un frío de mil demonios y a la pobre novia le castañeteaban los dientes de lo lindo. Todo hay que decirlo, dos horas antes había estado nevando... la primera de la temporada. Para el banquete ya nos pusimos a cubierto bien calentitos.
La gran diferencia con las bodas españolas es que aquí se dice a qué hora empieza y ... a qué hora acaba, nada de quedarse hasta las tantas bailando El tractor amarillo con la corbata atada a la frante. Nuestra boda se desarolló entre las 4 y las 6 de la tarde, el tiempo que duraba el crucero, aunque también hay que decir que luego, ya en tierra, podías seguir la fiesta en un hotel local. Nosotros no nos quedamos al baile porque tuvimos que ir a casa de los Fisher a buscar a los retoños.

PD: Una semana antes yo había ido a la despedida de soltero, pero como dicen aquí, What happens in Vegas, stays in Vegas...

viernes, 16 de octubre de 2009

Pedro y sus primeras palabras en inglés

Pedriño va a su aire en eso de habla, así, tranquilo, como quien no quiere la cosa. Lo bueno es que va construyendo su vocabulario en inglés y español al mismo tiempo.
Estos días nos llaman la atención las nuevas palabras que está usando. No son platypus (ornitorrinco) ni nada de ese nivel. Son gotcha y got it. Y eso que va a guardería de pago.

jueves, 8 de octubre de 2009

Fin de temporada para los Barbour Lions

Ya soy ex-entrenador, o entrenador en paro. Y no porque me hayan echado, sino porque, como ya os había comentado, la temporada de fútbol en middle school dura unas 5-6 semanas. Primero jugamos siete partidos de temporada regular y, bueno, quedamos de quintos (de ocho), que no es para tirar cohetes. Pero luego llegaron los play-offs y ahí sí que nos desmelenamos. Primero eliminamos a Kennedy en cuartos, después a Washington en semis (me está investigando el FBI por cargarme a tantos presidentes) y en la final... perdimos contra Flinn.
Los chicos estaban tristes, pero así es la vida. De todas formas, en mi cole lo consideramos un gran éxito, porque sólo tenemos unos 150 alumnos de 6º a 8º y todas las demás escuelas tienen como mínimo 1000.
La experiencia estuvo muy bien, pero también me alivia un poco lo de haber terminado para poder estar un poquito más descansado. Otra cosa buena es que noto que muchos niños y niñas me miran con más aprecio, parece que ya no soy tan "mean" como el año pasado.