Ya soy ex-entrenador, o entrenador en paro. Y no porque me hayan echado, sino porque, como ya os había comentado, la temporada de fútbol en middle school dura unas 5-6 semanas. Primero jugamos siete partidos de temporada regular y, bueno, quedamos de quintos (de ocho), que no es para tirar cohetes. Pero luego llegaron los play-offs y ahí sí que nos desmelenamos. Primero eliminamos a Kennedy en cuartos, después a Washington en semis (me está investigando el FBI por cargarme a tantos presidentes) y en la final... perdimos contra Flinn.
Los chicos estaban tristes, pero así es la vida. De todas formas, en mi cole lo consideramos un gran éxito, porque sólo tenemos unos 150 alumnos de 6º a 8º y todas las demás escuelas tienen como mínimo 1000.
La experiencia estuvo muy bien, pero también me alivia un poco lo de haber terminado para poder estar un poquito más descansado. Otra cosa buena es que noto que muchos niños y niñas me miran con más aprecio, parece que ya no soy tan "mean" como el año pasado.
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