Una de las cosas que me gustan de este país es la música. Y no me refiero sólo a la música que pueden hacer por aquí, que hay de todo, como en botica, sino a la forma en qué la viven, a cómo está presente en su vida cotidiana.
En lo que llevamos aquí desde agosto pudimos disfrutar de varios de estos momentos. El primero fue un día en el que, para celebrar el no-se-qué aniversario de una manzana de edificios en el centro, cerraron un trozo de la State st durante unas horas, montaron un palco y pusieron a unos cuantos grupos de la zona a tocar. La cosa era lo más parecido a una verbena de barrio que nos vamos a encontrar por aquí, vamos, tipo barrio de la Milagrosa. La diferencia, ah, bendita diferencia, era que en lugar de versionear a Bisbal o la Pantoja hacían lo propio con los Rolling o Grand Funk Railroad. Y en vez de Paquito el chocolatero sonaba L.A. woman, que tampoco está mal. Otra cosa curiosa es que los grupos estaban formados por gente tirando a talludita. Vamos, que los temas los habían conocido de primera mano allá en su tierna infancia.
El segundo momento musical fue cuando fuimos al Waterfront, ya sabéis, el festival que hacen aquí en Rockford y que te permite ver gente por la calle durante tres días. Este año el cartel no era para tirar muchos cohetes (bueno, lo raro es que sí lo sea), así que sólo fuimos el viernes. El tipo que más nos gustó fue CJ Chenier, príncipe del zydeco, música popular originaria de Louisiana y que viene a ser como rhythm & blues tocado con acordeón y una tabla de lavar. De todas formas, como aquí lo de la música va muy asociado a comer y beber, no quiero dejar pasar la oportunidad de incluir el siguiente documento gráfico, recogido ese mismo día. Es un momento increíble, no sólo por la plasticidad del gesto técnico de comer la patata, sino por la cara de satisfacción de mi mentor, Peter Marley Griffin.
Nuestro último momento musical fue ayer. Fuimos a Chicago a ver a la Dave Matthews Band. Son unos tipos a los que sigo desde hace varios años, aunque no muy de cerca, la verdad sea dicha. Pero bueno, me parecían lo suficientemente interesantes como para desplazarnos hasta allí (además, no creo que vayan a ir en los próximos años al San Froilán) y no me defraudaron.
El próximo evento es dentro de un mes. El sr Dylan tiene a bien acercarse a Rockford a tocar.
5 comentarios:
Pues no sabeis lo que os estais perdiendo. Por primera vez vienen a tocar Albert Plá, Fuxan os ventos, María del Mar Bonet.
Vamos lo de siempre.
Bicos.
Eh, y los Wailers, no sé si con la cabeza de Bob Marley, así en plan Futurama.
Debe de ser que a nosotros en el cole solo nos daban música con esa flauta horripilante y aquí toca todo Dios todos los intrumentos, drums, oboe, Saxo, bajo, guitarra, etc... desde la escuela.
Y la tradición... de aquí es el blues, el jazz, el swing, el rock and roll... etc.. y eso se nota.
Debe ser la única actuación buena que tenemos este año.
Claro que se nota, Jose. Totalmente de acuerdo
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