No sé si alguna vez habíamos comentado que aquí el Día del Trabajo lo celebran el primer lunes de septiembre, por aquello de evitar reminiscencias comunistas. Pues bien, en Rockford es cuando aprovechan para celebrar el festival On the Waterfront, al que volvimos a asistir sillas-de-cámping-en-ristre, como en años anteriores. Como ya dijimos alguna vez, es la única oportunidad de ver gente caminando por la ciudad, así que como para desaprovechar la ocasión. Además de diversos escenarios localizados en pleno downtown, hay atracciones y mucha comida y bebida.
Este año nos dedicamos casi en exclusiva al blues. La primera noche fuimos al concierto de Candye Kane, una joven blusera californiana con tanta energía y talento como kilos, y con una banda muy competente en la que destacaba la guitarrista Laura Chavez, la clon en imagen y sonido del añorado Stevie Ray Vaughan.
El sábado tuvimos la oportunidad de ver a otra leyenda viva del blues, Magic Slim, que a sus 73 tacos sigue de gira en gira, a pesar de que los años y el tonelaje (hombre, no es un tonel, pero tampoco es slim que se diga). Me impresionó mucho su versión del Catfish Blues, lenta y pesada. Aquí os dejo un trocito de su actuación rockfordiana.
La última noche, la del domingo, no teníamos muy claro adónde ir y al final acabamos en el concierto de la estrella mundial del pleistoceno que tocó este año: ni más ni menos que Billy Idol. La verdad es que había mogollón de gente, me sorprendió mucho que este tipo hubiera tenido tanta fama por estos lares como para que casi 30 años después de sus días de gloria se juntaran tantos nativos que conocieran sus canciones. Yo, quitando Dancing with myself y Rebel yell, debo reconocer que no conocía nada. Pero bueno, la compañía era buena , nos echamos unas buenas risas y rajamos un poco, que también cuenta.
6 comentarios:
Y video de la tal Laura Chavez no hiciste...ay cuando te pille!
Muy bien el fragmento de música, aunque no has hablado nada de las bratwursts... Gracias por poner mi blog pero la verdad es que lo tengo medio muerto, a la espera de la editorial. Salu2
Fon, el viernes no llevé la cámara... mecachis. Pero la tía iba con su gorra, su strat y su pose totalmente steviana
Ángel, tienes razón. Las bratwurst eran... salchichas. No se me ocurre mucho más que decir de ellas. Estaban buenas, las condenadas, y con la cervezita light que usan aquí entraban mejor todavía.
Sabías que en Europa solo se les puede llamar bratwursts a las salchichas que midan entre 15 y 20 cm y estén embutida en un intestino natural? Supongo que las norteamericanas serán de otra pasta...
Ah, pues no sabía lo de las medidas, pero no creo que las de aquí las cumplan. No deja de ser curioso, teniendo en cuenta lo grande que es aquí todo. Con las pintas de cerveza pasa lo mismo, también son más pequeñas por estos lares.
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