Hoy compramos los billetes de avión para volver a casa en verano, con lo cual nuestras andanzas por las tierras de los Illini tiene ya fecha de caducidad: 25 de junio, 8 de la tarde. Tanto a Marta como a mí nos dio un bajoncillo después de comprarlos, porque es como concretar y certificar el final de esta aventura tan extraordinaria que estamos viviendo los niños y nosotros. Coincide además con el hecho de que cambiamos de compañía aérea y ya no necesitamos comprar billete de vuelta para que salga más barato, esta vez es sólo ida, one-way trip.
El tiempo (el meteorológico) parece que nos quiere meter prisa también. La semana pasada fuimos algún día a clase a -30º. Esta semana subieron muchísimo las temperaturas (hasta 14º el jueves), con lo cual casi toda la nieve se está derritiendo y parece que estamos a punto de entrar en la primavera. En la foto de arriba se ven algunos de los carámbanos que teníamos, en la de abajo se puede ver el río Rock en fase de descongelación.
En la parte positiva, algo que nos ayudará a estar menos tristes por marcharnos es el ambiente pre-bélico que estamos viviendo en el distrito de las escuelas públicas de Rockford. El año pasado fue duro, con un montón de despidos, pero este año promete ser peor: van a cerrar 7 escuelas y amenazan con dar carpetazo a todos los programas "distintos", como el de enseñanza dual en el que trabajo yo. Esta vez se le echa la culpa a la crisis galopante, aunque hay una gran diferencia entre las cuentas de la administración (agujero de 50 millones) y las del sindicato de profes (15 millones).
También en la parte positiva incluiremos el hecho de que, al ser nuestro último año, intentaremos despedirnos con un viajecito irrepetible en plan fin de fiesta. Pero no adelantemos acontecimientos, cada cosa a su tiempo...
Xa cho advertín, Flanagan: nunca debiches cruzar o Rock para ir ver á filla do boticario
sábado, 19 de febrero de 2011
miércoles, 2 de febrero de 2011
La madre de todas las tormentas
Tal como anunciábamos hace un par de días, ayer nos cayó toda la nieve que tenían en stock en el cielo. Si visteis alguna noticia en el telediario, esta vez éramos nosotros. Si Asterix y Obelix estuvieran aquí estarían temblando de miedo pensando que el cielo se les estaba cayendo en la cabeza.
Por primera vez desde que estamos aquí nos anunciaron un snow day el día antes a eso de las 4 de la tarde -lo normal es que la decisión se tome a las 5 de la mañana del día en cuestión. Y no les faltaba razón, porque parece ser que desde el 97 no había habido ninguna tormenta de nieve como esta. Además, no sólo cerraron las escuelas, toda la ciudad prácticamente echó el pestillo.
Esta mañana al levantarnos teníamos 48 cms de nieve en la entrada del garaje (que ayer estaba limpia). Las tareas de limpieza fueron arduas y matadoras para nuestros cuatro riñones adultos, como podréis comprobar en este minivídeo.
Menos mal que tenemos un cielo de vecino que nos prestó su snow blower y todo se nos hizo un poco más fácil
Mañana se supone que todo volverá a la normalidad y tendremos que ir a trabajar. Aunque nunca se sabe, se esperan -28º a la hora de salir de casa, así que podríamos tener otra sorpresa. Sea como sea, con el día de hoy sin trabajar, el fin de curso se retrasa un día. Buenos son por aquí para andar regalando días de trabajo.
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