sábado, 1 de mayo de 2010

A ballgame


El miércoles los de mi cole fuimos de excursión a Milwaukee para ver una presentación sobre el tiempo, una feria de ciencias y un partido de béisbol, todo ello en el Miller Park, el estadio de los Milwaukee Brewers.
La verdad es que ya me picaba algo la curiosidad por ver un partido de estos en directo, pero bueno, tampoco estaba en mi lista de cosas urgentes por hacer. Y, efectivamente, lo pasé muy bien en general con toda la experiencia, el ambiente del estadio, los perritos calientes y los cacahuetes... pero el béisbol me sigue pareciendo un coñazo.


La primera parte de la mañana fue la más pedagógica. A todos los alumnos de los 30 ó 40 coles que estábamos allí nos sentaron en una parte del estadio. Después salió un equipo de metereólogos que contestaron a una serie de preguntas relacionadas con el tiempo que les hicieron algunos niños seleccionados -eso sí, todo muy visual, muy American-style. A continuación, un paseo por los distintos puestos de la feria de ciencias distribuidos por los pasillos del estadio donde pudimos comprobar principios básicos de la física y la química. Finalmente, cada uno a su asiento porque iba a comenzar uno de los grandes pasatiempos americanos.


El partido en sí me pareció bastante aburrido. Fueron tres horas en las que hubo muy poquita acción, y encima tampoco la entendía mucho. Una cosa que sí me resultó llamativa es que durante la temporada regular de béisbol, que dura de abril a octubre, los equipos juegan ¡162 partidos! Otros interrogantes para los que aún no tengo respuesta a día de hoy son a) ¿por qué ponen un partido un miércoles a las 12 del mediodía? y b) ¿cómo es que a esas horas pueden ir 28.000 personas al estadio? Como diría mi amigo Obelix, "Estos americanos están..."

5 comentarios:

linóleo dijo...

Mola por la experiencia vivida, sabor americano, pero a mi también me parece un pestiño el beisbol.

Bea dijo...

que no te oiga tu suegro, que a él sí que le iba eso de jugar a pelota

roberto.nunhez dijo...

Exactamente, Jose

roberto.nunhez dijo...

Bea, sí, pero eso fue antes de conocer el sillón-ball, no?

Bea dijo...

Me temo que sí, debió ser la época en la que también nadaba y esas cosas.