lunes, 20 de diciembre de 2010

Snowshoeing


Gracias a la amabilidad de nuestro amigo-casero Pat (baby-sitting e instrumentos), tuvimos la oportunidad de darnos un paseo por uno de los muchos parques de la ciudad cual pareja de tortolitos. Lo que hizo que el paseo fuera más especial fue que íbamos caminando con raquetas. Nunca lo habíamos hecho y resultó una experiencia de lo más agradable.

3 comentarios:

Lines dijo...

Me encantaría poder caminar con raquetas, aunque fuera a gatas la mitad del trayecto. bicos

roberto.nunhez dijo...

No te creas, jefa, es muy fácil. Lo único que hay que tener cuidado es de no pisarse uno mismo al caminar.

Marta dijo...

Ya, como hice yo un par de veces!!