sábado, 18 de diciembre de 2010

Un Bulls-Lakers




Si el año pasado por estas fechas hice realidad el sueño de ver en directo un partido de la NBA, el viernes pasado lo perfeccioné un poco más al ver un apasionante Bulls-Lakers. A diferencia del año pasado, este año llevamos a los niños y también la cámara.
Llegamos un poco justos, cuando ya estaban cantando el himno, así que no pudimos bajar a hacer fotos de cerca -además, los acomodadores te pedían tu entrada y te "redireccionaban" amablemente hacia tu asiento.


El partido estuvo muy emocionante y sólo se decantó del lado local en el último cuarto (en la foto, Gasol reduciendo distancias con un tiro libre). Pero como esto es un espectáculo para todos los públicos, Helena y Pedro disfrutaron más los múltiples tiempos muertos y descansos que hubo: acróbatas, globos gigantes, cheerleaderpilingonas... Hasta casi tuvimos nuestros tres segundos de fama en el último cuarto, cuando un cámara se nos acercó y empezó a filmar a Pedro, que estaba acostado entre Marta y yo. Pero como todos sabemos, Pedro es un chico muy discreto y poco amante de la notoriedad, así que levantó la mano en plan fotos-no y el tipo se marchó.


Esa noche nos quedamos a dormir en Chicago porque al día siguiente queríamos ir a ver un mercadillo navideño alemán que ponen todos los años, el Christkindlmarket, y las decoraciones navideñas del centro de la ciudad. Después, un almuerzo reconstituyente y calentito en nuestro bareto irlandés favorito, el Bennigan´s y para casa, que estaba empezando a caer la nieve de forma seria.

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